9 de junio de 2007

Dudosas prioridades

Corría 2001, yo atendía un kiosco en Retiro, vino una
señora con su hijo de unos siete años a comprar:

- Maaaa ¿Me comprás un alfajor?

- No, ahora no tengo plata, después te compro.

- Pero ¡quiero un alfajor! dale! ¿Me comprás un alfajor?

- No nene, no rompas... te dije que no tengo plata.. basta.

- Si, señora. ¿Que le doy?

- Hola, dame tres Le mans suaves largos!