Una tarde cuando tenía unos... doce años. Yo jugaba con
un perro de la calle en la plaza y uno de los chicos "bien"
del barrio se acercó con un nuevo y hermoso ciclomotor
que le habían regalado para tener la siguiente conversación:
- ¿Que hacés, che?
- Bien bien, re bien... ¿Te gusta mi moto nueva?
- Siiii, está buenísima!!
- Que lástima que vos no puedas tener una así ¿No?